El sábado a las ocho de la tarde es el momento de proceder a la cremà de la hoguera por parte de la Reina de las Fiestas y su corte de honor, que se encargan también de repartir mistela del terreno entre el numeroso público asistente.
El domingo a las once de la mañana se celebra en el templo parroquial de la Natividad de Nuestra Señora la misa en honor a San Antonio en el transcurso de la cual se bendicen los tradicionales rollos que más tarde se encargan de repartir las “arreplegaores de Sant Antoni”.
Este grupo de la parroquia son las encargadas de recoger casa por casa durante el mes previo a la fiesta los donativos voluntarios para la confección de los rollos, que cada año vienen a ser entorno a los 4.000. Este dulce, elaborado con la típica “llavoreta”, se prepara tradicionalmente en el horno del “carrer nou” y la fórmula ha ido pasando de generación en generación.
A las doce del mediodía se inicia la romería de San Antonio, recuperada en 2014, en la que participa la imagen del santo seguida por el párroco, autoridades civiles, animales de compañía y caballerías y carruajes. El desfile pasa por las calles médico Soler, San Antonio, Macastre y maestro Navarro hasta llegar de nuevo a la Plaza de la Constitución. Los carruajes realizan un trayecto algo más largo para poder girar sin problemas en las esquinas pero se reenganchan al desfile en la calle Macastre.
Acto seguido comienza la bendición de animales por parte del párroco, previa suelta de palomos a cargo de la asociación local. El acto cuenta con la organización de los “elets” de la parroquia y, desde 2014, también con la Asociación de Caballistas que ha contribuido a una mayor vistosidad y organización del desfile.
Lentamente pero de manera fluida van pasando todas las mascotas para recibir el agua bendita y recoger su correspondiente rollo. La participación casi siempre suele ser masiva tanto de animales de compañía como de carruajes con reatas de gran número de yeguas, yeguadas o caballos de doma que siempre desatan la expectación del público.
El fin de fiesta llega en forma de paella gigante subvencionada entre el Ayuntamiento y Caixa Turís. A lo largo de la semana los vecinos que quieran degustarla recogen el tícket en las oficinas consistoriales.