El municipio de Millares, cuyo padrón asciende a poco más de 300 habitantes, se encuentra situado en una zona montañosa que nos regala unos paisajes abrumadores. Las carreteras que entran y salen de Millares nos recuerdan a paisajes casi alpinos, con montañas de roca estratificada cuyas escarpadas faldas forman un valle estrecho por donde transcurre el río Júcar. Se trata de uno de los territorios más vírgenes y menos poblados de La Mancomunidad de La Hoya de Buñol-Chiva y de la provincia de Valencia.
Además del atractivo paisaje, el término de Millares nos ofrece un viaje al pasado con paradas muy diferenciadas: la primera, relativamente cercana, de entre seis mil y ocho mil años, en forma de pinturas rupestres del Neolítico. Y la segunda, mucho más alejada en la noche de los tiempos, se remonta a la época de los dinosaurios, hace más de 65 millones de años. Estamos hablando de dos vestigios que abundan en Millares y que le otorgan ese altísimo valor histórico: pinturas rupestres y huellas de dinosaurios.
Todo el sistema de la Muela de Cortes y el macizo del Caroig están salpicados de pinturas rupestres, de las cuales se han hallado más de 30 manifestaciones en diferentes puntos. Si te acercas a Millares, no puedes dejar de visitar el Abrigo de los Chorradores y el Abrigo de Vicent. Dos lugares donde se puede contemplar estas pinturas de entre 6.000 y 8.000 años de antigüedad. Escenas de caza y de trabajo manual que han sido objeto de estudio por parte de arqueólogos de dentro y fuera de España. Conmueve imaginar al artista, encaramado a la roca, trazando una figuras que tantos siglos después podemos contemplar a simple vista.
Pero conmueve más aún colocar tu pie de humano del siglo XXI junto a la huella que un dinosaurio imprimió en ese mismo lugar hace más de 65 millones de años. Estas huellas se pueden encontrar en el yacimiento de El Tambuc, que tiene dos puntos de concentración de huellas diferentes, además de otras que se encuentran dispersas por la zona. ¿Qué cómo llegaron estas huellas hasta ahí? Pues aunque cueste de imaginar, en aquella era, el mar llegaba hasta estas montañas, que hoy están situadas a más de 300 metros de altura sobre la cota cero. Las pisadas que varios ejemplares de dinosaurios hicieron en la arena quedaron atrapadas bajo una capa de sedimentos que se fosilizó. Y después, por una coincidencia increíble, esa capa de sedimentos se erosionó y dejó a la vista estas huellas fosilizadas. ¿Increíble, verdad?
No queremos finalizar esta impactante visita a Millares sin recomendar un paseo por el casco urbano del municipio, donde podemos visitar El Castillet, una fortaleza de origen islámico y de muy fácil acceso, o el Museo Paleontológico, donde se explica el origen de los vestigios que se exponen y que se han encontrado por la zona. Y si quieres volver a casa con una muestra de la gastronomía local, no dudes en preguntar por el horno y por la carnicería. Seguro que encuentras algo que te hará disfrutar.