Cheste: historia, modernidad y viñas
Cheste sindicato agrícola

Pasear por el casco urbano de Cheste es sumergirse en una atmósfera que mezcla la historia de su arquitectura con la modernidad de sus grafitis y el aroma del cultivo que es santo y seña del municipio: la uva moscatel.

En el centro histórico podemos visitar el Barrio de La Morería, también conocido como el Lugarico Viejo, por motivos obvios. Fue allí donde se erigió, en el siglo XII, en pleno dominio musulmán de la península Ibérica, una alquería que es el germen de la localidad. Pasear por las angostas callejuelas y las plazas del Lugarico Viejo, que conforman una trama urbana irregular, nos transporta siglos atrás. De aquella época solo queda el trazado y el nombre de algunas calles que nos ayudan a entender cómo estaba configurado el pueblo.

Un rico patrimonio arquitectónico

Aún así, el municipio conserva un importante patrimonio arquitectónico, que podemos contemplar en diferentes lugares del casco urbano. De la arquitectura religiosa destaca la monumental Iglesia Parroquial de San Lucas Evangelista, catalogada como Bien de Interés Cultural y declarada Monumento Nacional. De estilo barroco tardío, fue construida a lo largo del siglo XVIII y en su interior presenta estucos polícromos de diseño rococó. De bóveda de cañón y fachada de piedra con dos volúmenes superpuestos, está coronada por una altísima torre de 51 metros de altura. También merece mención la ermita, erigida a finales del XIX y de estilo neoclásico.

Fuente neoclásica

Si nos desplazamos hasta la Plaza del Doctor Cajal, construida en el siglo XVIII y de grandes dimensiones, podremos contemplar tres de los emblemas de Cheste: la fuente neoclásica monumental, construida a principios del XIX, el Ayuntamiento de Cheste, erigido un siglo después, y el Sindicato Agrícola, de estilo modernista y con ornato vegetal, construido en 1931 por los propietarios agrícolas de la época, fundadores de Cheste Agraria Cooperativa Valenciana y la Caja Rural. Fue en aquellos años de bonaza económica, propiciada por la plaga de filoxera que asoló los viñedos franceses, cuando se erigieron también diferentes casas señoriales que salpican el centro del municipio.

El moscatel, motor económico

Y es precisamente el vino el motor económico de Cheste. Su historia está vinculada a la uva moscatel, con la que se fabrica el vino Moscatel de Alejandría, también llamado mistela. Las Bodegas Reymos, que lo producen, son la cooperativa más antigua de España. Para conocer a fondo su historia y sus vinos, existe el Circuito Moscatel, que forma parte de la marca turística l’Exquisit Mediterrani. No es el único circuito que existe en Cheste, puesto que en su término municipal se ubica el Circuito Ricardo Tormo, que alberga cada año la última prueba del Mundial de Motociclismo, entre otras muchas.

No se puede hablar de los atractivos de Cheste sin hacer referencia a Graffitea, el Festival Internacional de Street Art que se celebra en la localidad desde 2016. Cada año, durante el mes de junio, artistas urbanos contemporáneos se dan cita en Cheste para inundarla con sus murales. Ya hay más de cien por todo el municipio, lo que lo convierte en un museo gigante al aire libre con increíbles obras de gran variedad de técnicas y temáticas.

Graffitea esperanto

En Cheste se habla esperanto

Y para acabar, una curiosidad: a principios del siglo XX, al chestano Francisco Máñez se le puso entre ceja y ceja aprender esperanto. Y así lo hizo, a través de libros, diccionarios y tratados. Tal fue su empeño que lo consiguió y fue capaz de enseñarlo a otros paisanos. Gracias a ello, pudieron comunicarse con refugiados extranjeros de la Segunda Guerra Mundial que en su huida acabaron recalando en Cheste. El Club Esperantista Llum Radio de Cheste todavía mantiene su actividad y organiza eventos, clases y otras actividades para dar a conocer este idioma universal.